Nariz
Para mucha gente, el tener una nariz ancha, asimétrica, con giba, con la punta hacia abajo, etc. son
motivos importantes para sentirse a disgusto. En algunas ocasiones, la incapacidad para respirar
adecuadamente también lleva al paciente a la consulta con un cirujano plástico.
La nariz es el centro de la cara, por lo que cualquier defecto o asimetría se hacen notar fácilmente al
romper con la armonía y el balance estructural de la cara. Lograr la armonía y el balance ideal no es fácil,
por lo que hay que valorar muy escrupulosamente todos los elementos de la cara; como las mejillas, frente,
cuello, mentón, boca, etc. De esta manera, se logra remodelar naturalmente la nariz y no se ve ¨artificial¨.
Las incisiones se efectúan por dentro de la nariz, a la altura de las narinas, quedando totalmente
invisibles.
Se procede al despegamiento de los tejidos blandos de las estructuras rígidas, como huesos y cartílagos.
La naturaleza exacta del remodelamiento de dichas estructuras, dependerá de las necesidades propias de cada
caso. Cuando existe una desviación del tabique nasal (séptum cartilaginoso), se deberá llevar a cabo una
septoplastía, que es la corrección de esa deformidad, generalmente secuela de un traumatismo previo.
Existen casos donde la nariz ha sido operada previamente o que tiene antecedentes de trauma y desviación
septal. Estas rinoplastías suelen ser más laboriosas, por lo que requerirán mayor tiempo quirúrgico y de
convalecencia. La incapacidad física provocada por una cirugía de nariz habitual, es moderada, ya que en
pocos días se puede incorporar a sus actividades, siempre y cuando no se realicen grandes esfuerzos o
ejercicio.