Rostro
El BOTOX es un potente inhibidor neuromuscular de acción local. Este medicamento se ha utilizado
aproximadamente desde 1989 para la corrección de algunos desordenes oftalmológicos y neuromusculares. La
cirugía plástica lo empezó a utilizar exitosamente a partir de 1991, como una alternativa en el tratamiento
de las arrugas faciales.
Actualmente, otros dos grandes laboratorios han creado sus propias toxinas botulínicas, como son: DYSPORT
(Francia) y XEOMEEN (Alemania), que junto con BOTOX representan las tres grandes alternativas para el
tratamiento de las arrugas faciales de tipo dinámico. Son medicamentos autorizados por la Food and Drug
Administration (FDA) de U.S.A. o la Comunidad Europea, así como por las autoridades de Salud de México.
Estos medicamentos se aplican directamente en la zona muscular a tratar y en un lapso de 48 a 72 hrs.
comienzan a inhibir el movimiento y la contracción del músculo tratado. Lo anterior provoca que la arruga y
el desgaste constante de la piel a ese nivel, desaparezca poco a poco.
El efecto máximo del toxina botulínica se logra mantener, en promedio, durante 6 a 8 meses, dependiendo de
la expresividad de cada paciente.
Estos productos se aplican principalmente para corregir:
• Arrugas horizontales de la frente
• Arrugas verticales del entrecejo
• Elevación del centro o el tercio externo de la ceja
• Arrugas en la zona orbicular externa (“patas de gallo”)
• Arrugas del labio superior
• Arrugas del mentón
• Corrección de la sonrisa gingival (aquella sonrisa que muestra la encía superior)
• Elevación de la punta nasal
• Corrección de las bandas del cuello
• Tratamiento de la hiperhidrosis (exceso de sudor) en manos y axilas
• Tratamiento de la migraña
• Tratamiento del trismus (contractura de los músculos de la masticación)
• Corrección de algunos otros desórdenes neuromusculares